lunes, 12 de noviembre de 2012

Dictadura militar


A partir de ese momento, se estableció una Junta Militar encabezada por el general Augusto Pinochet Ugarte que suspendió inmediatamente la Constitución, disolvió el Congreso, impuso una estricta censura y prohibió todos los partidos políticos. Asimismo, lanzó una fuerte campaña represiva contra los elementos izquierdistas del país: miles de personas fueron arrestadas y centenares de ellas ejecutadas o torturadas; muchos chilenos se exiliaron, mientras que otros pasaron largos años en prisión o se dieron por desaparecidos.

Durante los años siguientes, la Junta Militar gobernó al país con gran rigor, aunque hacia finales de la década pudo apreciarse una cierta apertura. En 1978 se levantó el estado de sitio (aunque siguió en vigor el estado de emergencia) e ingresaron más civiles en el gabinete. Sin embargo, Chile siguió siendo esencialmente un Estado policial. Una nueva Constitución, la de 1980, sometida a referéndum el día del séptimo aniversario del golpe militar, legalizó el régimen hasta 1989; Pinochet inició en marzo de 1981 un nuevo periodo de gobierno, ahora como presidente, con una duración de ocho años.

En el ámbito económico, el gobierno de Pinochet aplicó medidas de austeridad que provocaron el recorte de la inflación y una mayor producción entre 1977 y 1981. No obstante, a partir de 1982, la recesión mundial y la caída de los precios del cobre provocaron un retroceso de la economía chilena. En 1983 se produjeron amplias protestas contra el gobierno, seguidas de una serie de atentados en las grandes ciudades. El aumento de la tensión popular y el progresivo deterioro de la economía llevaron a Pinochet a reinstaurar el estado de sitio en noviembre de 1984. A finales de ese mes, se firmó un tratado con Argentina, en el que se ratificaba la soberanía chilena sobre tres islas del canal de Beagle (Picton, Nueva y Lennox). En septiembre de 1986, tras un fallido intento de atentar contra la vida de Pinochet, se desarrolló por parte del gobierno una nueva campaña represiva.

Golpe de estado


Durante la I Guerra Mundial (1914-1918) Chile permaneció neutral. Tras el conflicto, el enfrentamiento entre liberales y conservadores aumentó. En 1920 los liberales llegaron al poder de la mano del antiguo ministro del Interior Arturo Alessandri Palma, aunque no consiguió el consenso necesario para sus propuestas de reforma. En 1924, un grupo de personalidades militares dieron un golpe de Estado con el objeto de imponer reformas liberales, derrocando a Alessandri e instaurando una Junta Militar. Esta fue a su vez derrocada en 1925 por otro golpe militar. Tras este acontecimiento se aprobó una nueva Constitución que reformó el sistema electoral, recortando los poderes del Congreso y estableciendo la separación entre la Iglesia y el Estado. Alessandri ocupó de nuevo la presidencia en 1925, pero su mandato duró menos de un año. Durante el mandato de Emiliano Figueroa Larraín la autoridad estuvo en realidad en manos de un oficial del ejército, Carlos Ibáñez del Campo, quien ocupó la presidencia desde 1927 hasta 1931. Tras varios golpes y cambios de administración, Alessandri fue reelegido en 1932 y consiguió terminar su mandato en 1938.
En las elecciones de ese año fue elegido presidente Pedro Aguirre Cerda, del Partido Radical, al frente de una coalición de grupos democráticos unidos en el Frente Popular. Su ambicioso programa de reformas fue interrumpido en 1939 por un devastador terremoto que se cobró unas 30.000 víctimas. Esta coalición liberal volvió a ganar en 1942, esta vez llevando como candidato al radical Juan Antonio Ríos Morales, quien maniobró con pericia la nave del Estado en medio de la tormenta política generada por el enfrentamiento entre los partidarios de los aliados y los de los nazis durante la II Guerra Mundial (1939-1945). Ríos condujo al país a una posición favorable a los aliados, declarando la guerra al Eje en 1944. Durante el conflicto, el Partido Comunista surgió como una de las organizaciones políticas más poderosas de Chile. El país fue miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945.



Republica parlamentaria


Poco después de la llegada de Jorge Montt a la presidencia, Chile ingresó en un largo periodo de pacífica reconstrucción, denominado República Parlamentaria (1891-1925). Como concesión al sentimiento liberal que prevalecía en el país, Montt instituyó una serie de reformas, entre las que destacó la democratización del poder ejecutivo. Los años siguientes estuvieron marcados por la creciente participación del pueblo chileno en la política y por el aumento de la agitación política.


Guerra civil chilena


En 1891 una parte considerable de las fuerzas políticas representadas en el Congreso organizaron una rebelión contra la administración del presidente José Manuel Balmaceda, líder del Partido Liberal. Bajo las órdenes del capitán Jorge Montt, oficial de la Armada, los rebeldes (que se autoproclamaron congresistas) se hicieron con el mando de la flota chilena y controlaron las provincias del norte. En agosto derrotaron al Ejército gubernamental durante las batallas de Concón y Placilla, en las cercanías de Valparaíso, que fue ocupada por los rebeldes al igual que Santiago, con lo que la guerra quedó virtualmente terminada. En el curso de la guerra civil se perdieron más de 10.000 vidas y fueron incalculables los daños materiales. Balmaceda se suicidó en septiembre.

República liberal Chilena


Entretanto, en el Partido Conservador se habían producido divisiones como consecuencia de las desavenencias con la Iglesia católica. A partir de 1861, su ala más progresista, en coalición con el Partido Liberal, promovió una serie de reformas constitucionales, entre las que se encontraba la prohibición de la reelección presidencial consecutiva. Además, se hicieron esfuerzos para promover el bienestar social, intensificándose asimismo el desarrollo de los recursos nacionales, en especial mediante la creación de nuevas vías ferroviarias, carreteras y un sistema postal. En 1865, Chile intervino en conflicto entre España y el Perú —conocido en la historiografía española como la guerra del Pacífico (1864-1866) — en el cual participó por un fuerte sentimiento americanista de solidaridad con los peruanos.
Poco después, Chile comenzó a explotar los valiosísimos yacimientos de nitratos del desierto de Atacama. Ante la intención de Bolivia de embargar las instalaciones salitreras del territorio, en febrero de 1879 el gobierno chileno ordenó la entrada de sus tropas en el puerto boliviano de Antofagasta. El 5 de abril de ese año, Chile declaró la guerra al Perú y Bolivia (aliados desde el conocido como Pacto Secreto de 1873), iniciándose la guerra del Pacífico (1879-1883). Como consecuencia de su victoria en este conflicto, Chile se anexionó un amplio territorio que englobaba las actuales regiones de Antofagasta y Tarapacá. Además, Chile continuó poseyendo la administración de las ciudades de Tacna y Arica, a condición de que se celebrara un plebiscito diez años después para establecer la definitiva soberanía sobre las mismas. Aunque ambos países no llegaron a un acuerdo en cuanto a las condiciones del plebiscito, las sucesivas negociaciones culminaron en febrero de 1929 con el Tratado de Lima, volviendo Tacna al Perú y quedando Arica en manos de Chile. Véase Disputa de Tacna-Arica.


Republica conservadora


A pesar de su carácter autoritario, el gobierno del Partido Conservador promovió una política interior que contribuyó sustancialmente al desarrollo comercial, minero y agrícola de Chile; se adoptaron medidas para explotar los recursos minerales, se construyeron ferrocarriles y se promovió la inmigración; además, se sentaron las bases del sistema escolar y se crearon instituciones culturales. El principal acontecimiento en la política exterior chilena durante el periodo de predominio conservador fue la guerra que tuvo lugar en 1836 contra la Confederación Perú-boliviana.


Organizacion de la republica Chilena


Bernardo O’Higgins, quien en 1818 había sido nombrado director supremo de Chile, gobernó el país con poderes autoritarios hasta 1823, cuando la hostilidad aristocrática contra su régimen le obligó a dimitir. Se adoptaron dos constituciones (1823 y 1828) que intentaron organizar a Chile como una república, aunque las luchas por el poder entre diversas organizaciones mantuvieron al país inmerso en conflictos políticos hasta 1830. Ese año, elementos conservadores al mando del general José Joaquín Prieto organizaron una revolución y tomaron el control del gobierno; en 1831 Prieto se convirtió en presidente, aunque el personaje fundamental del gobierno fue Diego Portales, quien ocupó diversos cargos ministeriales durante la administración de Prieto. En 1833 se adoptó una nueva Constitución que confería amplios poderes al ejecutivo. En 1851 y 1859, los grupos liberales llevaron a cabo infructuosos intentos armados para arrebatar el poder a los conservadores.